Cuando escuchamos la palabra grasa solemos echarnos
las manos a la cabeza y pensar que es algo totalmente perjudicial para
el organismo cuando realmente no es así. Existen diferentes tipos de
grasas y debemos saber diferenciarlas y tenerlas en cuenta, ya que son
necesarias para el buen funcionamiento del organismo, pues aunque no lo
creamos, la grasa es parte de nosotros y sin ella nuestra salud puede
empeorar.
La grasa es un componente que el organismo necesita, ya que los
lípidos y los ácidos grasos son necesarios para el buen funcionamiento
celular. Pero una cosa no debemos pasar por alto, y es que existen diferentes tipos que
debemos conocer, ya que no todos son beneficiosos para el organismo.
A las grasas se las puede diferenciar en dos grupos, grasas saturadas y las insaturadas o aceites.
Todas ellas se encuentran en los alimentos, y son las que consumimos
más habitualmente en la dieta, pero es importante que sepamos las
características de cada tipo, ya que no es lo mismo una clase que otra, a
pesar de englobarse todas dentro del denominativo grasa, pues los
efectos que tienen en el organismo varían mucho.
Las grasas saturadas son un tipo de lípidos que se
encuentra fundamentalmente en los alimentos de origen animal como la
carne y derivados. Además podemos apreciar su presencia en dos tipos de
aceite, el de coco y el de palma. Es el tipo de grasa considerada como
maldita, ya que es un tipo de grasa ya procesada que el organismo no
tiene la cualidad de transformar, sino que tiende a acumular acabando
por obstruir las arterias y generando problemas en el sistema
circulatorio. Sí que es cierto que en muchos alimentos se utilizan este
tipo de grasas por su alto sabor y su poder saciante, pero no es nada
recomendable para mantener una buena salud.
Dentro de la grasa insaturada podemos encontrar varios tipos. Por un lado tenemos las grasas monoinsaturadas
presentes en el aceite de oliva. Su principal componente es el ácido
oleico y es un tipo de grasa beneficiosa para el organismo, ya que nos
ayuda a eliminar las grasas malas y a controlar los niveles de
colesterol en sangre, mejorando de esta manera la salud de las arterias y
fomentando una buena circulación sanguínea.
Por otro lado dentro de las insaturadas tenemos las grasas poliinsaturadas
que son beneficiosas para el organismo, pero se oxidan con más
facilidad que el resto expulsando una serie de sustancias tóxicas que
son las causantes de numerosas enfermedades. Pero a pesar de esto, es un
buen tipo de grasa, ya que sus beneficios son mayores que los
perjuicios que pueden llegar a causar.
No debemos olvidar los aceites esenciales para el
organismo como el linoleico que se encuentra en aceites de semillas como
el girasol, el germen de trigo, el maíz, la soja… Es fundamental para
el buen funcionamiento del organismo. Por el contrario el aceite
linolénico está presente en otros aceites como el de soja, y es a partir
de este de donde se forman los ácidos grasos omega-3 necesarios para el
correcto funcionamiento del sistema cardiovascular.
Hay que destacar que el omega-3 es un tipo de grasa
esencial para un buen funcionamiento del organismo, y por lo tanto
debemos saber que está presente en los pescados exclusivamente, lo que
los convierte en un alimento necesario para mantener una buena salud.
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